Madre,
como decir campanas al vuelo.
Madre,
como el sabor de las uvas
pellizcadas
en la frutera familiar.
Flauta de música ancestral
soplada eternamente por la vida
para ir sembrando hijos
a la tierra.
Hacia todas las cumbres
por donde soplan los vientos,
en el curso de los ríos
de las aguas más claras,
hay que poner a navegar
esa palabra,
ese sustantivo precursor de los dioses
y de todos los milagros.
Hay que gritar desde adentro del alma,
para que tenga eco
en un vientre de mujer,
la oración que es de todos:
Madre nido
y también Madre camino.
Madre para los hijos
que un día serán
en la vuelta de los tiempos.
Madre de ahora mismo,
en la mesa en que todos
hacemos de ti nuestro pan.
Madre, para el regreso
en que un día,
dormiremos en ti
el largo sueño de tierra callada.
como decir campanas al vuelo.
Madre,
como el sabor de las uvas
pellizcadas
en la frutera familiar.
Flauta de música ancestral
soplada eternamente por la vida
para ir sembrando hijos
a la tierra.
Hacia todas las cumbres
por donde soplan los vientos,
en el curso de los ríos
de las aguas más claras,
hay que poner a navegar
esa palabra,
ese sustantivo precursor de los dioses
y de todos los milagros.
Hay que gritar desde adentro del alma,
para que tenga eco
en un vientre de mujer,
la oración que es de todos:
Madre nido
y también Madre camino.
Madre para los hijos
que un día serán
en la vuelta de los tiempos.
Madre de ahora mismo,
en la mesa en que todos
hacemos de ti nuestro pan.
Madre, para el regreso
en que un día,
dormiremos en ti
el largo sueño de tierra callada.
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